sábado, 10 de abril de 2010

Amar sin ser amado

En toda mi vida jamás sufrí, lo que se dice sufrir, por un hombre. Salvo por el gil más gil-y-pollas que se me cruzó por el camino. Estoy hablando de mi Amor Platónico. Porque para ser una completa perdedora una tiene que ir a los casamientos imaginándose cómo le quedaría el traje al hermano del boludo en cuestión y presentarse ante sus amigos con la reina de los buenos modales.
Si es posible, y con esto ya se alcanza un estado Alfa de pelotudismo, no basta con amar a alguien a la distancia, ¡no! Hay que amarlo bien bien cerquita, cuestión de enterarse día a día lo poco interesado que está y de tener la primicia cuando se enamore de otra.
Sí, de A.P puedo hablar muchísimo, pero no hay necesidad de defenestrarlo a él. Basta con mi actitud y todo lo que diga sobre él será perdonado. Digamos que he llegado a copiar conversaciones de MSN para analizarlas con un concilio amisteril (que dicho de paso sea no pasan un minuto de dichos diálogos sin recordarme lo boludo/histérico/maricotas que es), le he mandado poemas de mi más sincera inspiración, le he dedicado todo lo que se le puede dedicar a una persona.
Yo no puedo creer que a esta altura de mi vida lo único que me falta para tener una relación idéntica con A.P. a la que tiene mi prima de nueve años con uno de los Jonas Brothers es sacarle una foto y pegarla –agigantada- en la pared de mi cuarto.

3 comentarios:

  1. vivan los amores platonicos! jajaja aunque la mayoria de las veces terminamos en la cumbre del pelotudismo diciendo, what the fuckk? Que carajo estoy haciendooo???

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  2. ni hablar de las situaciones mentales que una se hace con ese tipo, ufff...
    me sumo a este grupo de alfapelotudismo fantaseoso.
    Saludos!

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