viernes, 8 de abril de 2011

Vómito rosa

Quiero pensar que no todo ha sido en vano. Quiero creer que puedo identificar ciertas cuestiones para la próxima.
Los hombres que abusan de los diminutivos, especialmente si mecha en alguna conversación el término "personita", es preferible evitarlos. ¿Por qué? Bueno, evidentemente porque son idiotas, personalmente no tendría ni amigos (de ningún género) que elijan expresarse de esa manera. Pero además, porque claramente hay algo en ellos que no está bien desarrollado, quizá sus madres les hablan así. Las mujeres a veces no pensamos en esas cosas. ¿Qué pasa si tu suegra se dirige a tu pareja como si fuera un bebotote? Están al horno, eso pasa, salí de ahí. Porque nosotras matamos a la boludita que habla como nena, pero convengamos que es más válida una estrategia de seducción de los ochenta que un flaco que dice "manitos, ojitos, pelito" (pienso en "personita" de nuevo y me corre un frío por la espalda).
También desconfío de los amantes de las películas románticas. Será porque ni en mis peores mares de hormonas me fumo a alguna rubia de ojos gigantes haciendo pucheros durante media hora. Si hay un ser del género masculino al que le fascinan esas películas es muy probable que termine siendo un cursi tremendo. Y ¿qué cara le ponés a alguien que te cae con un peluche rosa? Yo creo que un Orlando Bloom bien iluminado y con música de Coldplay de fondo vende el gesto como algo cool, pero creo que tendría que venir el mismísimo Orlando con un el rubio ese cantadole a capella atrás para que ese tipo de acto sea safable.
No es que sea anti romanticismo, es que ese tipo de cosas no tienen nada que ver con gestos de amor. Lo peor son siempre los poemas. No los poemas en general, pero nadie quiere un refrito que no tiene nada que ver con nada solamente porque se corrió la voz de que a las chicas nos gustan ese tipo de cosas. Prefiero que si el pibe escucha cumbia me señale una canción de Néstor en bloque si es algo que conoce y realmente le parece que se expresa por él. Lo digo en serio. Si saliera con un arquitecto apreciaría mucho más que me regale una maqueta que OTRA VEZ el mismo poema de Benedetti, o qué decir de Neruda (¿otra vez Poema 15? muchachos, yo no me callo ni un minuto).
La cuestión es la delgada linea que separa al enamorado del flaco que estaba esperando una víctima para jugar a ser George Clooney en alguna película que el mismo George se está queriendo cortar las bolas por haber hecho. No sé bien la cuestión de qué, solamente quería compartir algo de mi pequeño aprendizaje.