martes, 12 de octubre de 2010

Stranger than fiction

No estoy escribiendo nada. No se pierde nadie nada. Estoy por enloquecer, me di cuenta que tengo a la madre de Mónica Geller como progenitora. No es mala mina y yo sé que me quiere pero me está volviendo loca. Sigo sin casa y llegué al famoso “último recurso”: la casa de mis padres. Mi mamá está menopáusica y mi papá está dejando de fumar, se me ocurren dos millones de momentos mejores para dormir en la cama de mi hermanito y vivir bajo la atenta mirada de estas personas.
El fin de semana, por ejemplo, se fueron de viaje. Como mi mamá es de las que entra en un lugar y empieza a localizar todo lo que está desordenado o sucio con una presteza que haría poner colorado a Terminator ordené, limpié y baldeé con lavandina hasta la intoxicación todos los pisos. Cuando mi madre llegó, pasada la medianoche y cansada por el viaje bastó que cruzara el umbral de la cocina para detectar que “no había corrido la tabla de planchar” cuando lavé el piso.
Ayer, pasando por alto que soy una bola de ansiedad, me comentó “estás comiendo mucho”. Debo aclarar que sus menúes se basan en dos ingredientes fundamentales: papas y pan. Como ella no cena ni cocina el 87% de las comidas quedan determinadas por el imán que más cerca esté en la heladera, estoy hecha una bola troglodita. Hoy puso una bolsa de mini Toblerones en frente mío. Durante media hora los miré de reojo, cuando intenté abrir la bolsa sentí había hecho una “a la Mónica”, sí: estoy gorda, nada mejor que una gorda intentando hacerse con una bolsa de Toblerones para destacar los malos hábitos ajenos. ¿Por qué no me cocino yo? No sé, estoy en casa ajena, pero no en cualquier casa: en la casa de mis padres. Es inevitable que caiga en sus rutinas, que siga su ritmo, que haga lo que ellos marquen. Error mío, lo sé, ya empecé a llamar a mi psicólogo para pedirle sesiones de emergencia. ¡Hago lo que puedo!
Me siento en la computadora y cuenta los cigarrillos que fumo. Nunca aparece antes del quinto, se lleva el cenicero con una voz mezcla de lastimosa e irónica mientras se recuerda buscarme más pastillas para dejar de fumar (oh por dios, la última vez que las tomé tenía casa y casi me matan, si las mezclo en el coktail de mi vida actual termino ahorcándome con la correa del perro). Lo que me recuerda, llevé a pasear al pobre perro, que en sus tres años de vida no conoció una vereda. La bienvenida de regreso a casa fue “¿Ah, tan rápido volviste?”.
También se ha tomado la costumbre de olvidarse que llevaba, antes del episodio de quedarme sin lugar donde vivir, más de siete años viviendo sola y que nunca me electrocuté con la heladera, me quedé sin ropa limpia, prendí fuego el sillón o a mí misma (ah sí, porque aparentemente no hay cosa más inflamables que las hijas pelotudas), ni me morí de inanición ni me convertí en una obesa. Tampoco se me cayó la laptop, ni me entraron a robar por haber dejado todas las puertas y las ventanas abiertas, no perdí ni una materia por quedarme dormida, ni me secuestraron por no llamar cuando llegué.
En fin, necesitaba compartirlo. Estoy apelando a los auriculares como manera de decir "no te voy a escuchar". Muchas veces los tengo apagados, pero creo que está funcionado. A fin de cuentas, una de las dos tenía que poner la madurez en esta relación.

martes, 14 de septiembre de 2010

Como un bebé

Desde que me quedé sin casa, iba a dejar de fumar y no lo hice, adquirí una nueva costumbre.
No me había dado cuenta, hasta que me di... las cosas son así en la vida y odio los puntos suspensivos pero a veces es lo único que nos queda bien y no todos escribimos poniendo puntos y comas donde suponemos que va una pausa en la lectura así que no jodan.
A la noche antes de dormir me acurruco en el cómodo sillón (¡sofá cama!, grita una de las hospitalarias anfitrionas de mi exilio involuntario del mundo de los bienes raíces) y reviso mi blackberry hasta quedarme dormida. Supongo que con la mención del semi novedoso gadget todo intento de convertir esto en un romántico post del subdesarrollo (al menos por el tono) se habrá ido al carajo; pero yo me siento muy digna de una película de Agresti así que lo voy a seguir relatando. También lo chequeo cuando hago tiempo en el bar carísimo pero donde se puede fumar en el que paso algunas tardes (en mi nuevo hogar transitorio tengo que fumar en la escalera para el deleite de los vecinos). Para ser sinceros no tiene tantas funciones, no es que uno lo mira y se siente encumbrado a la más sofísticada tecnología, pero tengo acceso a más de una red social, algunas fotos, algunas canciones.
Tuve que enviar a mi perro y a mi computadora a vivir con mi novio a otra ciudad. Mi ropa está dividida entre una valija y varias bolsitas que fui llevando al departamento transitorio cuando empezaron los días cálidos. Mis libros juntan polvo dentro de cajas en casas de múltiples familiares. Mi mesa fue donada. Mi televisor confiscado. Mi cafetera está guardada. Mi cuadro de Frida Kahlo está roto más allá de cualquier salvación posible.
Hace unos días callé al bb porque ya no soportaba ni su ringtone. No interactúo demasiado en ninguna red social, aunque una rápida ojeada a Twitter y ya me pongo al día con el día; creo que mi interacción, en realidad, es con el aparato. Lindo adminículo que da la sensación de llevar muchas cosas en una y que me permite mantener algunas de mis viejas costumbres vaya donde vaya.

(Hace unos días salió esta nota de Eliseo Verón en Perfil y, si bien el fin era otro, me gustó mucho para pensar sobre la intermediación tecnológica, esa cosa de mandinga)

sábado, 11 de septiembre de 2010

La fingidora

Me juré mil veces no hacer este tipo de post, mi palabra no vale. Antes que nada quiero aclarar que siento sincera piedad por estas personas, pero son más hinchapelotas que una madre menopáusica.
No estoy hablando de mujeres que mienten o que ocultan, son personas que por alguna razón de la autoestima reniegan de sus orígenes, de su identidad, y se plantean como objetivo ser el modelo acabado de quien quieren ser. Esto no se remite a una cuestión socioeconómica, estas chicas son el extremo del makeover extremo; en algún momento de su vida decidieron que querían ser “esa” y allí fueron, poniendo alma y vida en acercarse lo más posible al modelo, a lo que ellas consideraran como la actualización de todas sus potencias. Su actitud tiene dos problemas fundamentales. Primero, el “modelo” es una percepción que suele estar totalmente desvirtuada de la realidad, se acercan a lo que ellas entienden que una “persona así” es y este problema está intrínsecamente vinculado con el segundo: la falta de naturalidad de la nueva identidad se traduce en una postura exagerada y forzada, por lo que estas mujeres tienden a estar a la defensiva todo el tiempo y llegan, lamentablemente, a convertirse en una caricatura de lo que querían ser y de si mismas.
Tenemos, por ejemplo, el caso de una ex fea anti social que está decidida en ser un gato refinado. Después de las tetas vino el gimnasio acompañado de expresiones como “yo me compro todo en Nike, obvio”; clases de cocina gourmet; vestirse como la esposa del amante. La neogeisha piensa que ser sofisticada es bañarse en perfume, ser territorial y peleadora con otras mujeres, mofarse de la sencillez de los demás. Estas mujeres, obsesionadas porque no se note que alguna vez tuvieron un rollito o su nariz tenía otra forma cuando nacieron, eventualmente desarrollan enfermedades “cool” como anorexia nerviosa en caso de que alguien les quite la vista por más de diez minutos.
La lista es eterna, la niña bien devenida en “la masa” te puede aturdir toda la noche contándote sobre sus múltiples militancias extremas, sacar un ojo con sus tachas y matar –literalmente- matar del aburrimiento con su grosería made in Zona Norte. (Para esta clase de gente recomiendo mirar Burton Fink, que habla de más o menos lo mismo aplicado a la snorbia intelectual).
Ser sofisticada no es mirar con la nariz arrugada a quienes los rodean; la clase obrera no es un conjunto de tics burdos y ordinarios; tener buen gusto no es gastar $150 en un vino de renombre. Pero me dan pena en serio, me consta que hasta el más íntimo lugar de su casa es un altar del “modelo”, que son 24 horas al día de actuación, que terminan siendo objeto de la burla más cruel, que son las personas más vulnerables del mundo (y, a riesgo de sonar como una femitonta, los hombres lo saben). Son de esa clase de persona que me gustaría poder confrontar pero que me abstengo, porque no hay mujer más mala que la que siente que su personaje no es creíble.

martes, 7 de septiembre de 2010

La mujer que era domingo

Las vicisitudes de mi vida laboral me han llevado a estar semi empleada. Después de un largo deambular por todo tipo de trabajos del medio (nota para jóvenes idealistas: si pensás que el periodismo es el camino para salvar el mundo, te equivocás, te equivocás grosso, elegí otra carrera, si haces origamis podés salvar un montón de papeles en convertirse en bollos y eso va a ser gratificante).
Hoy tengo un buen trabajo potencial, digamos que el presente es confuso pero en potencia de ser un futuro venturoso. Yo ya no creo en esas cosas pero habiendo pasado por la "sobrecalificación" como motivo para no poder pagar la olla prefiero dignidad posible que convertirme una experta en el cielo razzo sobre el sillón.
Sin embargo, porque la vida es así, ser semi empleado no consume las suficientes horas por día como para olvidarme de mi humanidad. Todo se resume en haber empezado (a esta altura de mi vida y ocho años después) a ver Felicity a las once de la mañana y emocionarme sinceramente con sus pobres rulitos.
El año pasado tejí una bufanda, este viene más lento por lo que veo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Te novedeo esta

Dejé de escribir mucho tiempo. En gran parte porque soy boluda, es muy de boluda abrir un blog y dejar de escribir. Pero también se puede decir que estuve juntando material. Primero, me fui de vacaciones a Azul. Lugar indescriptible, digamos que si Tim Burton cayera mañana por ahí diría "este lugar es demasiado tétrico para mí" (aunque seguramente lo haría en inglés).
Después, estuve experimentando con drogas pesadas: pastillas para dejar de fumar (consejo: sospechen si compran un medicamento que en el prospecto dice que se dieron intentos de suicidio y suicidios en los grupos experimentales. Me gustaría estar inventando esto).
También formé parte de la mudanza más larga de la historia con su consabido ataque de alergia por el polvillo e intoxicación con lavandina-me-vas-a-devolver-el-depósito-perra. La particularidad es que no tenía reemplazo para mi ex hogar, claro que sí, todos somos homeless en un lugar del corazón, yo lo soy en todo sentido.
Ayer mi psicólogo me dijo que lo llame el lunes, sospecha que no voy a llegar a la próxima sesión tan sólo a una semana de distancia.

lunes, 12 de julio de 2010

Novedades de mi viejo trabajo

Aparentemente el productor noservísparalatele sigue ganando amigos. Voy a copiar abajo un extracto del mail que mandó una productora de más o menos cincuenta años después de haberse puesto un toque en los zapatos de los gritados.
A todos que siguen planteando que "el periodismo es así" o que "la tele es así". ¿Saben qué? La tienen adentro. Si les gusta tanto algo como para dejarse coger para pertenecer, para mí, son prostitutas. Todo lo que salga de sus plumas va a ser una falacia y su falso orgullo por estar en el medio se sostiene con un trabajo que ustedes mismos dejan que sea indigno.
Los columnistas que se sientan a hablar de las minorías y los desprotegidos cuando saben que detrás de cámara o a los redactores rasos los explotan y maltratan también la tienen adentro y son unos hipócritas. Yo no los juzgo a nivel personal, hagan lo que quieran, pero guárdense de sostener públicamente que "las cosas son así". Lamento que a esta señora productora le haya pasado lo que le pasó, pero también recuerdo que cuando los gritos eran para otros todos se hacían bastante los distraídos.

Mail indignado de señora a la que le tocó lo que le venía tocando a todos los demás:

"MI PRIMERA REACCIÓN FUE RENUNCIAR NO SE QUE VOY A HACER PERO SI LE VOY A PEDIR A *elquemanejalospiolines* QUE HABLE CON EL EQUIPO.
YO YA NO ME TENGO QUE DEFENDER DE NADA Y TENGO MAS EXPERIENCIA QUE VARIOS PRODUCTORES JUNTOS POR ESO CIERRO LA BOCA Y ESPERO QUE HABLEN LOS QUE REALMENTE TRABAJAN CONMIGO.
PERO COMO TENGO VALORES Y DIGNIDAD NO VOY A PERMITIR QUE NINGÚN MALEDUCADO HISTÉRICO Y DROGADO ME LEVANTE LA VOZ EN EL CONTROL PARA SEGUIR HACIENDO EL TEATRO DEL GRAN PRODUCTOR SACRIFICADO.
*elproductorenfermoencuestión* ENTRO POR MI A LA TELEVISIÓN Y EVIDENTEMENTE SU ENFERMEDAD POR EL PODER NO LO ESTA DEJANDO RECONOCER NI QUIENES SON SUS COMPAÑEROS.
PARA MI LA PIRAMIDE (COMO DICE *elproductorenfermoencuestión*)SOLO EXISTE CON EL CIELO. YO SOY COMPAÑERA DE TRABAJO DE TODOS UDS. Y RESPALDO Y AYUDO EN LO QUE PUEDO. NO NECESITO NI LA EJECUTIVA NI SER MANO DERECHA DEL GERENTE O HACER LA POSTPRODUCCION DE UN CANAL PARA ALARDEAR.
YA TUVE QUE VER UN INVITADO DE 10 AÑOS IRSE LLORANDO PORQUE *elproductorenfermoencuestión* LO MALTRATO Y MALTRATAR A UN NIÑO Y ECHARLO DE UN ESTUDIO NO TIENE PERDÓN.
PERO NADIE LO VIO Y NADIE FUE A QUEJARSE.
YA RENUNCIARON PRODUCTORAS, OTRAS SON MALTRATADAS DIARIAMENTE Y SE LA BANCAN POR FALTA DE TRABAJO Y A LO MEJOR ESTO QUE ME ESTA SUCEDIENDO A MI SIRVE PARA QUE SE LE PONGA UN LIMITE A ESTA ACTITUD.
SOLO ESPERO UN DISCULPA PUBLICA Y NO SE LE OCURRA GRITAR MAS BARBARIDADES A LOS QUE TRABAJAMOS PARA *elcanalqueirónicamentetieneunacolumnistaenderechodegénero* Y NO PARA ÉL."

Suerte señora, aunque si sabía todo lo que pasaba y dejó que le gritaran a un nene de 10 años adelante suyo creo que, por lo menos, lo que le pasó no debe sorprenderla...

Consejos laborales

"Si vas a escribir así firmá las notas o me vas a traer problemas legales".

Sí, inadaptada.
Pero orgullosa.

jueves, 8 de julio de 2010

Microrealidad

Hoy tengo un día tan de mierda que quería atún y comí caballa.

miércoles, 30 de junio de 2010

Divina popularidad

Será por una cuestión de vocación frustrada pero yo considero que detrás de cada vómito de la industria cultural puede hallarse un copado guionista luchando por meter ingenioso en un texto marketinero. O por ahí miro mucha tele.
El caso es que la división de las mujeres en Divinas y Populares no me parece del todo equivocada. Hay épocas en las que ser copadas o ser lindas (como modelo, no como condición física) parecen ser opuestos graves. Entonces, por un lado las que van a la peluquería y por otro las que van a recitales de rock. Nos burlamos unas de las otras, las divinas tienden a ser finas y recatadas, las populares cultas y originales. Ellas dicen que somos putas, nosotras decimos que son huecas.
Lo irónico es que la supuesta división entre unas y otras es que las Populares “no se deben a su público” sino que tienenpersonalidad y no caenenestereotiposboludos.
Hoy, pisando inevitablemente la adultez, y –por suerte– adivino que el mundo es más complejo y divertido si una no opone leer una buena novela a depilarse cada tanto.
Amo a mis divinas: me distraen con sus charlas sobre cosméticos y son las primeras en darse cuenta si bajé un kilito. También tengo en mi vida perras ácidas que son las primeras en descubrir si subí un kilito o si mi léxico va en picada pero que siguen sin dejarse comer por las comedias románticas y por Juan Carlos Rapsodia.
De las Populares no supe más nada pero aprendí una gran lección, una cosa es ser rebelde y otra Tribunera.

lunes, 28 de junio de 2010

Bloom

De los mismos creadores de "¿Quién necesita sol cuando existe autobronceante?" llega: "Por fin me recetaron Rocutan: el comienzo de una nueva vida".
Y no se pierda, en doble función: "Ya que estoy hago el tratamiento para dejar de fumar y se va todo al carajo". Imperdible.

Leyendo los prospectos deduzco que básicamente voy a ser una perra malparida durante los próximos 4 meses. Vale la pena (para mí, para mis prójimos... lo sabremos pronto)

domingo, 27 de junio de 2010

Identificación cumplida

Spoiler alert: voy a hablar de Un novio para mi mujer, si no la viste no te cambia nada: es una comedia, el protagonista es Suar... no es Sexto sentido....

Cuando vi Un novio para mi mujer me encantó. Es así, me gustó muchísimo. No tanto la gran trama, pero sí que fuera una excusa para crear al personaje de la Tana (y un poco también porque Suar me hace reir, listo, lo dije). En mi casa, como suele suceder, cada dos o tres frases mal paridas de la Tana mi mamá y mi hermana se daban vuelta de ojito para mirarme y yo, como para desmentir la similitud, les ponía tremenda cara de orto.
La venía disfrutando livianamente hasta el speech en el que ella se explica y deja en claro lo jodido que es pasar por ciertas situaciones de tremenda frustación personal (no voy a hablar de la incompresión del pelotudo del marido sólo diré que esas cosas pasan: si salís con pelotudos no te van a entender y menos el mal humor).
No sé por qué pero minas, sobre todo, somos muy de la identificación con personajes fícticios.
No contaba con mi padre, que de vez en cuando es la persona más naif del mundo pero me destroza, que este febrero me dijo:
"Te conseguí un laburo en una radio, no te van a pagar, te tenés que conseguir sponsor. Igual yo le dije a mi amigo que, de última, te pagaba yo de mi bolsillo, pero no aceptó".

Sueños rotos

Bueno, lo voy a contar. Pasé por la TELE, pasé, vi luz y entré. No voy a dar detalles pero una protoreflexión: existe un modelo empresarial –debe existir, no tengo idea– medio falluto que consiste en querer armar productos de calidad con muy poca plata, sin ningún incentivo ideológico, estético o moral que lo sustente. Entonces, con esas condiciones sólo se podrán contratar personas con mucho hambre en los puestos más bajos (era mi caso) y personas muy mediocres en los puestos más altos. Esto excluye, por ejemplo, el cine independiente, el teatro under y toda cosa hechaapulmón por el valor intrínseco de la cosa en si.
En lo que luego sería recordado como mi último día fui partícipe de un diálogo bizarro.
Productor ejecutivo: - ¿Cómo te fuiste a dormir? ¿Cómo que querés dormir? Esto no es así LATELE no es así, vos tenés que estar disponible 24 horas por día, en LATELE tenés que estar disponible 24 horas por día. Porque a mí me lo dijo YANKELEVICH, me lo dijo en persona, las excusas no se televisan, YANKELEVICH lo dijo, porque en LATELE las cosas son así. Si no, no servís para LATELE y andate a hacer cine que trabajan cada 20 días.
Yo: - Pero me levanto a las 3 de la mañana para estar acá, me acosté a las 11 de la noche, me lo pediste después, no lo vi…
Productor ejecutivo: - NO ME CONTESTÉS, sos muy cocorita vos, si no cambias tu actitud no vas a durar en LATELE.

Y tenía razón eh. Puta madre, ya no seré Yankelevich.

martes, 15 de junio de 2010

¡Ajá!

El problema de mi infancia es que fueron once años de síndrome premenstrual.

miércoles, 26 de mayo de 2010

100% Poliéster

No soy original, a ver, si fuera original estaría publicando novelas que se venderían por millones a nivel mundial, y sólo en librerías con un local de tatuajes en frente, después de mi trágica muerte por atragantamiento de pastillas contra el asma. Si fuera original estaría practicando cómo hacer grabados con personajes de animé o vitrauxs (sabría escribir la palabra y todo) con dragones rojos de D&D. Si fuera original estudiaría arte dramático y trabajaría en una taberna de mala muerte inhalando gases pestilentes de adolescentes tan rebeldes como yo. Me hubiera comprado un Ipad para ver el final de Lost y le hubiera planteado a mi neo novio mi necesidad de una relación abierta. Fumaría sólo yerbas persas y compraría mi ropa en la feria que queda atrás de la feria que queda atrás de la feria de Palermo Soho.
Sólo una boluda más. Está en el título del blog. Es increíble que la gente para bardearme me diga “no sos boluda”. El otro día le dije a mi terapeuta (lacaniano-freudiano, obvio, si fuera original sería alternativo o iría a aprender técnicas de masturbación tántricas) “la mayoría de la gente me odia, y no es falsa modestia, en serio: casi nadie me quiere”. Después me quedé pensando que mi concepto de modestia es demasiado amplio. Pero el de muchas personas de originalidad es, por ahí, demasiado estrecho o –al menos- extravagante.

sábado, 15 de mayo de 2010

La mula al trigo

Creo que una de las características principales de los bolud@s es que siempre, pero siempre, cometen los mismos errores. Claro que sí, las conductas arraigadas que conducen inevitablemente a un mar de quejas es lo que distingue a un boludo de alguien sensato que no vive al pedo y evita las piedras con las que ya tropezó.
También podría apelar a la poesía new age y decir que “sigo apostando al futuro” y bla.
El karma strikes again: la chica se puso de novio.
Y claro, ¿qué llevaba? ¿Diez minutos sola? Demasiado.

miércoles, 14 de abril de 2010

Irreproducible

Una amigapsicóloga me dijo, al pasar pero yo ya hago como que me explicó seis años de teoría compleja sobre la psiquis humana, que tener hijos es una cuestión de autoestima. Será por eso, y porque creo que no me incluyeron útero cuando me hicieron, que no hay nada que me atraiga menos que la idea de procrearme.
Tener hijos es un acto complejo, requiere capacidades intelectuales, organizativas y emocionales muy elaboradas. Soy de las que cree que hay que pensarla un poco más (vamos chicas, prueben con que les sobreviva un potus antes).
Además, no me generan gran cosa las madres tampoco. Estoy harta de esas mujeres que son un desastre caminando, que dependen de todos a su alrededor para su supervivencia más básica y que, y esto es determinante en mi escala de odio, lloran en el trabajo. Estas mujeres se quedan dormidas y sus chicos faltan a la escuela, se los olvidan en los cumpleaños, manejan como el culo, siempre están apuradas, siempre se están quejando. También hacen otra cosa que detesto: se comparan con las otras mujeres desde un altar. “Ah claro, vos podés tener ropa linda, porque no tenés hijos, si tuvieras hijos estarías toda manchada, como yo”, “sí, ella puede ir a la peluquería, porque no tiene que buscar a los nenes a la escuela”, “yo temprano no voy a llegar nunca, porque le tengo que dar de comer al nene”. Basta señora, basta, no me escorche más, lo hubiera pensado más, hubiera tomado pastillas, no se puede el pan, la torta, la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos lights porque con los nenes no podés ir al gimnasio.
Me genera ansiedad que mi perro se deprima cuando no estoy en casa, también tuvo dermatitis y estuvo internado por intoxicación ¡y nadie me vino a dar un Nobel!, la vida es así. Está bien, un nene no es un perro. Si mi perro pinta depresivo no quiero ni pensar lo que van a ser mis hijos. Pero los suyos, señora, ya se lo digo: van a ser unos traumados, si no los va a ir a buscar a tiempo al cumpleaños ni lo mande, porque no sabe lo triste que es ser el último boludo con la bolsita en la mano mirando cómo lo odian todos los parientes del cumpleañero.

sábado, 10 de abril de 2010

Amar sin ser amado

En toda mi vida jamás sufrí, lo que se dice sufrir, por un hombre. Salvo por el gil más gil-y-pollas que se me cruzó por el camino. Estoy hablando de mi Amor Platónico. Porque para ser una completa perdedora una tiene que ir a los casamientos imaginándose cómo le quedaría el traje al hermano del boludo en cuestión y presentarse ante sus amigos con la reina de los buenos modales.
Si es posible, y con esto ya se alcanza un estado Alfa de pelotudismo, no basta con amar a alguien a la distancia, ¡no! Hay que amarlo bien bien cerquita, cuestión de enterarse día a día lo poco interesado que está y de tener la primicia cuando se enamore de otra.
Sí, de A.P puedo hablar muchísimo, pero no hay necesidad de defenestrarlo a él. Basta con mi actitud y todo lo que diga sobre él será perdonado. Digamos que he llegado a copiar conversaciones de MSN para analizarlas con un concilio amisteril (que dicho de paso sea no pasan un minuto de dichos diálogos sin recordarme lo boludo/histérico/maricotas que es), le he mandado poemas de mi más sincera inspiración, le he dedicado todo lo que se le puede dedicar a una persona.
Yo no puedo creer que a esta altura de mi vida lo único que me falta para tener una relación idéntica con A.P. a la que tiene mi prima de nueve años con uno de los Jonas Brothers es sacarle una foto y pegarla –agigantada- en la pared de mi cuarto.

Yeta

Mi puta suerte es genial. No puedo hablar demasiado al respecto ahora así que me voy a ir por las ramas.
En mi otra vida fui Goebbels por lo que en esta (¿en cuál? ¡En esta! Claro que sí) estoy pagando un karma hermoso.
Uno de los ámbitos en los que eso se da es en el laboral. Conseguí varios trabajos sucedidos por:
• Pérdida de trabajo del contratante.
• Fallecimiento del contratante.
• Cierre del lugar en donde el contratante iba a ubicar su locación de servicios.
• Pérdida del contrato del que yo iba a recibir una tajada por parte del contratante.
• Despido injustificado y en estado de luto de la contratada (o sea: yo).

Una de las razones por las que este blog es anónimo es esta (ya sabemos: esta), tengo la sospecha de que además de tener mala suerte… soy mufa.

martes, 23 de marzo de 2010

Pajero en mano

No estoy lista para pasar a la adolescencia y no soy lo suficientemente grande como para que haya pasado demasiado entre mi adolescencia y hoy. Uf, respiro profundo. Ya voy a poder burlarme de eso, terapia will kick in.
Lo loco de todo esto, y para separarme medio milímetro del cliché que soy (importante: medio) es que desde los quince años que no estoy sola (ya debería ser de las que dicen "ser sola", ¿no? quiero retrasar el momento de ser de las que dicen "ser solo/a"). Siempre tuve novio. Y quizá esto tenga que ver con que -esperen, se viene la declaración que tú ñoña estás esperando, que tú muchacho perspicaz siempre viste venir- no me llevo bien con las mujeres. Un aplauso, lo sé. Estoy batiendo récords de coherencia. Dije salir un poco porque se espera que la gordita resentida no tenga novio, siempre esté sola y odiando a los hombres. Yo vendría a ser de las perdedoras que nunca tuvo un noviazgo inferior a un año que no haya cortado ella como alternativa al suicidio en masa y que más que odiarlos desprecia a los hombres (si no saliera siempre con idiotas no despreciaría a los hombres, claro).
A lo que iba es que siempre estuve de novia. No con el mismo, claro está. Decir que siempre estuve de novia pero con diferentes personas es como decir que arrastro varios fracasos amorosos (si fuera la persona que edita Clarín, por ejemplo). Pero yo no los veo como fracasos, todo lo contrario: han sido un éxito. Un éxito de la circunstancia sobre la inteligencia. Cómo una persona puede salir tantas veces con el mismo flaco reencarnado en un flaco diferente, malgastar muchos años de su vida con esa miserable persona (no es un insulto, es la descripción de mis ex-novios. Un amigo los describió como "easy going"... eso te lo dice: miserables), terminar y no poder largar ni media solitaria lágrima para -porlomenos- poder experimentar una emoción humana que no sea ira, humillación, verguenza, ira y resentimiento por una vez en la vida.
Tengo la suerte de conseguirme parejas que me idolatran, me convierten en su madre, se sienten amenazados por mí pero no pueden vivir sin mi (literalmente, si yo no estoy ¿quién les elige la ropa a la mañana y les recuerda que tienen que comer para no morir?) y finalmente deciden entre estas dos opciones: jugar al amante despechado onda psico notepuedoverporquemehacesmalmecortaríalasvenasporvosteamoteodiodamemás o simplemente aprender algo de la experiencia y empezar a salir con una verdadera infradotada (juro que aquí no hay resentimiento, cuando esté editorializando aviso) y ya no sentirse tontos o amenazados sino muy viriles y seguro de si mismos (newsflash: mi ex novio asumió su pelada y se dejó de peinar los dos pelos que le quedaban para adelante. Claro, ahora que no sale conmigo ya no es de los pelados que se tiran los dos pelos para adelante, ahí está su verdadera forrada: en el timming).
Soy de esas, sí lo soy. Soy de esas que agarra al flaco que no se baña (no, no se bañaba, lo juro), que usa sleeps (no sé qué es peor) y que llora más que una fanática de Austen indispuesta y lo deja hecho una joyita nunca taxi para que la próxima se regocije de su avance. Sí, qué pedazo de boluda.

Futuro evidente

Los primeros en darse cuenta de que era una boluda fueron mis compañeros de primer grado. Hace poco que empecé terapia así que todavía no estoy lista para hablar públicamente sobre lo increíblemente boluda que realmente era a esa edad (porque como toda egocéntrica pienso que en el fondo alguien puede llegar a este lugar y automáticamente darse cuenta de que soy yo la que escribe, porque obviamente nadie más que yo la pasa mal desde primer grado, está claro, soy única. No debo dejar terapia, no debo dejar terapia. Tampoco tengo el ingenio de Carolina Aguirre y crear ficción, no, voy a decir la verdad; además de boluda soy mediocre y no sé cuándo cerrar un paréntesis).
A mi favor debo decir que ya perfilaba una personalidad interesante, por ejemplo, era medio prodigio. Si alguna ñoña llega a este blog automáticamente recordará a sus tías abuelas contándoles el increíble vocabulario que tenían a esa edad. Debo darte una noticia buena y otra mala. La buena es que no estás sola. La mala es que no sos tan original. Sep, aparentemente el mundo está lleno de gorditas (dale, ¿cabía alguna duda sobre mi peso?) políglotas y perdedoras.Parece que a los chicos de seis años les chupa un huevo que puedas deslumbrar a la tía Mimi con tu conocimiento sobre el Medio Oriente, ellos ya están lo suficiente socializados como para darse cuenta de lo que va y lo que no (socialización es... no importa, nunca te va a pasar).
Tus juegos de esa creatividad magnífica, que ya anuncia a una futura master de rol, les parecen indicios de que tus papás de sobre estimularon no una razón más para ir a tu casa a jugar con vos. El hecho de que prefieras leer a ver los Ositos Cariñosos señala claramente lo terriblemente aburrido de tu conversación y no una capacidad de comprensión avanzada.
Lo increíble es que ellos, esos energúmenos monosilábicos, ya lo sabían lo correcto era no mezclarse conmigo (mejor si, de hecho, podían evitar ser vistos en mi presencia). Yo no, mala suerte pensé. Y en segundo grado me fui a la escuela nº 2.

¡Hola! ¿Cómo va?

Soy una boluda más, de esas miles de bolud@s que pululan por internet. Si escribo por acá es porque necesito desahogar mi estupidez, necesito cachetadas, necesito poder sincerarme. Normalmente soy una persona poco reservada, no puedo evitarlo: mi boca goza de una frontalidad casi sin precedentes entre jovencitas adocenadas de mi edad. Pero por otro lado no puedo evitar otra realidad: soy inteligente, soy ñoña, soy bastante looser. Hay ciertas formas que debo mantener. Si la sociedad se empecina en dejarme mal parada yo debo mantener una cuota de orgullo y ponerles a todos caras de "nomeentienden" o "enelfondosoydemasiadoparavos". Entonces necesito otros medios de descargo.
A veces la gente duda un toque, lo piensa, lo considera en serio. Después camina dos cuadras y se da cuenta de la verdad: soy una looser, su primera corazonada era correcta. Guarda, soy una de esas perdedoras con un poco de prestigio -dudoso, contribuye a los segundos de duda que se disipan a las dos cuadras de los que ya hablé- y eso un poco me salva, soy un poco bonita (depende el círculo, de eso ya hablaremos) y eso también medio-que-me-rescata.
Dos segundos, eso es lo que podés llegar a pensar que zafo. Después te das cuenta, soy una boluda más.