martes, 23 de marzo de 2010

Futuro evidente

Los primeros en darse cuenta de que era una boluda fueron mis compañeros de primer grado. Hace poco que empecé terapia así que todavía no estoy lista para hablar públicamente sobre lo increíblemente boluda que realmente era a esa edad (porque como toda egocéntrica pienso que en el fondo alguien puede llegar a este lugar y automáticamente darse cuenta de que soy yo la que escribe, porque obviamente nadie más que yo la pasa mal desde primer grado, está claro, soy única. No debo dejar terapia, no debo dejar terapia. Tampoco tengo el ingenio de Carolina Aguirre y crear ficción, no, voy a decir la verdad; además de boluda soy mediocre y no sé cuándo cerrar un paréntesis).
A mi favor debo decir que ya perfilaba una personalidad interesante, por ejemplo, era medio prodigio. Si alguna ñoña llega a este blog automáticamente recordará a sus tías abuelas contándoles el increíble vocabulario que tenían a esa edad. Debo darte una noticia buena y otra mala. La buena es que no estás sola. La mala es que no sos tan original. Sep, aparentemente el mundo está lleno de gorditas (dale, ¿cabía alguna duda sobre mi peso?) políglotas y perdedoras.Parece que a los chicos de seis años les chupa un huevo que puedas deslumbrar a la tía Mimi con tu conocimiento sobre el Medio Oriente, ellos ya están lo suficiente socializados como para darse cuenta de lo que va y lo que no (socialización es... no importa, nunca te va a pasar).
Tus juegos de esa creatividad magnífica, que ya anuncia a una futura master de rol, les parecen indicios de que tus papás de sobre estimularon no una razón más para ir a tu casa a jugar con vos. El hecho de que prefieras leer a ver los Ositos Cariñosos señala claramente lo terriblemente aburrido de tu conversación y no una capacidad de comprensión avanzada.
Lo increíble es que ellos, esos energúmenos monosilábicos, ya lo sabían lo correcto era no mezclarse conmigo (mejor si, de hecho, podían evitar ser vistos en mi presencia). Yo no, mala suerte pensé. Y en segundo grado me fui a la escuela nº 2.

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